lunes, 27 de julio de 2009

Proyecto de Trabajo Final de Grado

A falta de textos (que desee publicar) les dejo mi proyecto de tesis. Se trata del esquema que hice para desarrollar la misma, que ya hablé con algunos de ustedes. La intención además de compartir el trabajo, es actualizar el blog, descuidado no por abulia, sino por la focalización de mis embates literarios en un único proyecto que súbitamente comenzó a crecer merced a las ideas incesantes que dan vueltas, giran y chocan en mi demencial cráneo. Sé que la lectura de gente inteligente como Daniel, el profesor RVS, Jovekovic o Marcela (la omisión no debe hacer mella en sus orgullos, amigos) tan sólo impulsará el aporte fructífero, que recibiré ávido, claro. Abrazo a todos.

Tema

“La supervivencia del héroe en la era del comic de autor”

Área temática
Sociología de la cultura: la historieta

Hipótesis
Desde su aparición, la historieta ha evolucionado de manera tal que en la actualidad, el concepto de “comic de autor” o “comic de arte” es habitualmente utilizado por fanáticos, estudiosos y críticos. Asimismo, la historieta en si misma es considerada un objeto de arte para ciertos sectores. Estas nuevas características parecieron coincidir con el alejamiento de la figura del superhéroe de las viñetas, no obstante, los personajes han prevalecido siendo utilizados en más de una oportunidad, en obras que actualmente son consideradas obras “de arte, de autor”.

Fundamentos. Planteo de problemática
Si bien es cierto que la historieta como medio de expresión artística e importante figura de la cultura de masas -y producto de las industrias culturales- de los Estados Unidos, no encuentra unanimidad de criterios al momento de establecer una fecha concreta de surgimiento, existen hechos destacados que pueden servir como puntos referenciales.

“Hoggan’s Alley” de Richard F. Outcault, tira publicada en 1896 por el periódico New York World, y posteriormente por su máximo competidor el New York Journal”, es considerada por el grueso de la crítica especializada como la génesis misma de la historieta –al menos en Estados Unidos-, adjudicándole el mérito de haber incluido los “globos” (ballons) como recurso para organizar los diálogos y dotar de mayor orden los guiones, que tenían como principal protagonista al hoy popular personaje conocido como “The Yellow Kid”.

Sin embargo, el cómic como medio de expresión, tiene una huella indeleble en 1938, con la aparición de Superman en el primer número de la revista Action Comics. Con él, se establecía un “modelo de justicia, verdad y la american way” y “un símbolo de la lucha del incorruptible espíritu norteamericano contra las amenazas de los malignos mundos nazi y comunista”

Aunque entonces la historieta era ya conocida y vendida por montones a un precio extremadamente accesibles, el surgimiento del “Hombre de Acero” significó también el nacimiento de un nuevo icono popular netamente estadounidense: el superhéroe.

Los superhéroes fueron desarrollados como arquetipos fácilmente reconocibles, en los que prevalecían características que se repetían cíclicamente, alteradas entre uno y otro personaje de manera nimia en un intento burdo de romper una monotonía tan necesaria como efectiva. Ganaron rápidamente la atención del público convirtiéndose en un éxito de ventas casi instantáneo y con el tiempo en los protagonistas excluyentes de la historieta, formato con el que conformaron una unión simbiótica que perdura hasta la actualidad.

No obstante, tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial, y con el advenimiento de la Guerra Fría, esas mismas figuras embutidas en trajes tan coloridos como ajustados perdieron a su enemigo por antonomasia, por lo que los guiones otrora comprometidos con la causa aliada que buscaba detener la embestida de Hitler y sus huestes, ya no contaban con el gesto aprobador de un público que solía encontrarlas simpáticamente patrióticas. Ese giro radical en las temáticas, llevaron a que muchas de las revistas publicadas durante la guerra, cerraran producto de las escasas ventas.

El modelo inicial con el que este medio alcanzara la popularidad, había cambiado, agregando elementos que significaron una apertura hacia públicos cautivados por otros tópicos que excedieran el mencionado. A partir de entonces, el cómic norteamericano experimentaría un crecimiento sistemático y paulatino, en correspondencia con lo que ocurría con esta forma narrativa en otros países como Francia, Japón e incluso Argentina.

La preocupación por cierto rigor estético en lo gráfico y de contenidos en los argumentos, comenzó a evidenciarse en las historietas publicadas por la desaparecida editorial Entertainment Comics, y si bien, la fuerza de la censura impuesta por el tristemente célebre ex Senador norteamericano Joseph McCarthy, terminó prematuramente con las publicaciones de la EC, el tiempo y la crítica han coincidido en señalarlas como los primeros trabajos donde, utilizando los recursos propios del género fantástico, los mensajes permiten segundas lecturas que revelan una crítica mordaz a las problemáticas propias de los Estados Unidos durante la posguerra, principalmente los relacionados con el racismo, la intolerancia, la persecución y la censura.
Los cómics de la EC contribuyeron desde su lugar a romper contra las estructuras de un establishment cada vez más consolidado, transformándose en un lugar en donde se comenzaría a cocinar un nuevo espacio contracultural.

Como puntapié inicial es interesante entonces recordar los comics de esta editorial, cuyo contenido vanguardista puede ser considerado como la primera página de una larga lista de historietas que en las décadas subsiguientes, coparían el mercado mostrando en sus páginas algo más que superhéroes limpiando el piso con la cabeza de los villanos.

No es descabellado, entonces, que la lectura de una historieta se haya tornado paulatinamente en un ejercicio más complejo. Los receptores encontraban en las páginas cierta riqueza estética y rigor al momento de escribir los guiones, lo que consecuentemente llevó al lector a leer más allá de los clásicos ballons.

Los créditos, hasta entonces ausentes en cada una de las revistas, comenzarían a aparecer en las primeras páginas, introduciendo a los artistas que semanalmente daban forma a un producto cultural incipiente.

La figura del autor (comprendiendo por autor tanto a guionistas como dibujantes) emergería para adoptar una posición predominante dentro del mercado de la historieta. Es así, que nombres hasta relegados hasta el momento, comenzarían a ser de alguna manera un engranaje fundamental en un mercado que de manera súbita, tornó ingente y voraz.

Autores como Alan Moore, Frank Miller, Mark Gruenwald, Neil Gaiman empezaban a transformarse en los Estados Unidos en una marca registrada, un logotipo que no se limitaba a dar coherencia a la narrativa dibujada, sino que cobraba importancia en el mercado gracias a trabajos cuyo peso, lentamente lograba se les caratule como “artistas”. Así, los ’80 vieron nacer obras como “Watchmen”, “The Dark Knight Returns” o “Supreme Squadron” que contribuyeron a la consolidación definitiva del cómic como objeto de arte, de culto, de autor.

En todos estos trabajos se logró dotar a los personajes de una actitud más madura, más “profunda” que permitiera a la vez a los autores, abordar problemáticas que excedan las misiones clásicas en pos de la justicia que un superhéroe estaba acostumbrado a librar. Así, el abanico temático se abría hasta el infinito, mostrando como único límite la imaginación de guionistas y dibujantes cuya creatividad llamó la atención de ciertos sectores que hasta entonces, miraban al cómic con cierto escepticismo.

La historieta entonces, paulatinamente rompió la barrera que suponían las páginas que la componen, para aparecer primero en forma de críticas y ensayos -en revistas que aparecían en el mercado justamente con esa temática, es decir, revistas sobre revistas- para posteriormente llamar la atención de los ámbitos académicos e intelectuales, como objeto de análisis y estudio.

Autores como Umberto Eco, Armand Mattelart y Oscar Masotta, incluyeron en más de una oportunidad, una mirada introspectiva de la historieta (esta instancia, bien podría configurarse como una instancia de "consagración" para este estilo narrativo) voces que al mismo tiempo, sirvieron para validar este medio de expresión artística.

Quizás por el surgimiento de estas piezas (entre otras tantos trabajos exponenciales realizados por autores argentinos, japoneses y europeos, principalmente originarios de Francia, Italia y Bélgica, aunque este trabajo pretende centrar el análisis en la industria norteamericana) haya sido que el español Javier Coma vaticinó en su libro “El ocaso de los héroes en los comics de autor” la caída del icono por antonomasia de la historieta norteamericana, debido al advenimiento de un cómic de autor, de “arte”. No obstante, con el correr de los años el mercado expone un panorama que evidencia lo fallido de esta predicción. El superhéroe ha prevalecido en el tiempo, caminando paralelamente con los comics de arte, y en ocasiones uniéndose de manera simbiótica con su estilo para dar forma a piezas cuya novedad excedía la media. Asimismo, el mercado del cómic también se adaptó a estas circunstancias, a sabiendas de la necesidad de preservar la pretérita e inicial inocencia del cómic de superhéroe, así como explotar con rédito nuevas piezas de un valor intelectual mucho mayor, que requerían un nuevo trato y que exponían un mundo nuevo de posibilidades para este mundo en viñetas.

El Trabajo Final de Grado, pretende entonces el análisis sociológico de un producto cultural como la historieta abordado desde la teoría de campo bourdieana, comprendiendo en el análisis los conceptos de hábitus, estableciendo prácticas e identificando protagonistas del mencionado campo; desde el autor –un punto neurálgico dentro del proceso analítico-, pasando por otros protagonistas que dan forma a la historieta, tanto en el proceso artístico como en otras instancias que exceden la netamente productiva –aunque es necesario destacar que el énfasis del trabajo está puesto justamente en la instancia de producción, de emisión- y que llegan hasta la recepción (lectura y análisis) que se le da desde la crítica especializada, lo ámbitos académicos, la comunidad de lectores y el público en general. Asimismo, observar la adaptación del mercado yankee a estas normas emergentes, destacando el caminar conjunto del comic de superhéroes con la historieta de autor, de arte –refutando de esta manera (o reformulando) el vaticinio de Javier Coma.

Marco teórico
• Sociología de la cultura
• Semiótica social
• Teoría crítica
• Estudios culturales

Bibliografía

*Albertoni, Carlos W: Santas historietas. Enciclopedia de los comics. Catalogos, Buenos Aires, 2004.
* Bourdieu, Pierre: Sociología y Cultura. Grijalbo, México, 1990.
* Bourdieu, Pierre: Creencia artística y bienes simbólicos. Grupo editorial Aurelia Rivera, Buenos Aires, 2003
* Bourdieu, Pierre: Campo de poder, campo intelectual. Editorial montressor, 2002
* Coma, Javier: El ocaso de los héroes en los comics de autor. Ediciones península, Barcelona, 1984.
* Coma, Javier: Y nos fuimos a hacer viñetas. Penthalon ediciones, España, 1981.
* Eco, Umberto: Apocalípticos e Integrados. Lumen, Barcelona, 1968
* Martínez, Ana Teresa: Pierre Bourdieu, razones y lecciones de una práctica sociológica. Manantial, Buenos Aires, 2007.
* Massota, Oscar: Reflexiones presemiológicas sobre la historieta: el esquematismo en Eliseo Verón (comp.), Lenguaje y comunicación social. Nueva Visión, Buenos Aires, 1969.
* Masotta Oscar. La historieta en el mundo moderno. Paidós, Buenos Aires, 1982
* Rest, Jaime: Arte, literatura y cultura popular. Grupo editorial norma, Buenos Aires, 2006.
* Scolari, Carlos A.: Historietas para sobrevivientes. Ediciones colihue. Buenos Aires, 1999.
Comics
* Alan Moore y Dave Gibbons: Watchmen. Norma editorial, España, 1998.
* Alan Moore y David Lloyd: V de Vendetta. Norma editorial, España, 1999.
* Frank Miller: Batman: El regreso del caballero oscuro. Grupo editorial vid. México, 1997.
* Mark Gruenwald y Bob Hall: Supreme Squadron. Editorial forum, España, 1986.