La editorial norteamericana de historietas Marvel Comics, continúa el camino que comenzó con Iron Man con una nueva versión de Hulk. Este sendero (que evidentemente conduce a un largometraje de The Avengers) parece no presentar baches considerables hasta el momento. Lejos de las paupérrimas producciones realizadas en torno a personajes de la editorial, las dos últimas películas son francamente esperanzadoras.Empecemos por decir que esta nueva versión del gigante esmeralda es muy superior a su opaca predecesora de Ang Lee. Realizado íntegramente por ordenador, el personaje se muestra mucho más feroz, violento, oscuro, irascible, irracional y atractivo que la sosa versión anterior, de un verde manzana que hubiese sido más apropiado para el vestido de Betty Ross, que para un monstruo de dos metros movilizado por la ira.
Edward Norton es elegido en esta oportunidad para encarnar al siempre sufrido Dr. Bruce Banner. La elección, se sabía de antemano acertada. Norton es largamente reconocido por su versatilidad, esa misma que le permite interpretar desde un neo nazi fundamentalista (América X) hasta un joven con severos problemas psicomotrices (The Score). La interpretación del fugitivo científico, es aprobada con creces, y los fundamentos se basan exclusivamente en el talento del actor.
Junto a él, se encuentran un puñado de actores de extensa trayectoria hollywoodense. Liv Tyler interpreta a Betty Ross, con una belleza que opaca preocupantemente a la actriz (algo similar ocurrió con Jennifer Connely en la película anterior) y Tim Roth junto a William Hurt conforman el binomio de villanos de turno, ambos geniales, particularmente Roth quien da forma a un fanático militar ruso curiosamente mezclado en las tropas yankees, cuya obsesión por derrotar a Hulk vence cualquier atisbo de racionalidad posible, transformándolo en La Abominación, clásico personaje que en las historietas de la bestia verde repartió sopapos a diestra y siniestra, y que finalmente llegó al cine en un acto de extrema justicia.
La cinta está plagada de guiños para los fanáticos. Desde la clásica aparición de Stan Lee, pasando por detalles más finos como la negativa de Edward Norton a utilizar el clásico pantalón violeta (el mismo que Hulk utilizó en los cómics de la década del 60) o un pequeño papel interpretado por el mítico Lou Ferrigno, el mismo que pintado completamente de verde, encarnaba al coloso esmeralda en la recordada serie televisiva, a puro músculo y sin complementos digitales.
Y por supuesto, el ingrediente principal de este cóctel es la violencia arrolladora, desmedida, ingente y desproporcionada. La misma con la que esperamos encontrarnos en una película de Hulk, un lugar común, ineludible e indispensable. Los escombros vuelan por los aires destrozando todo alrededor con una fuerza arrolladora durante cada una de las escenas de acción de la película. Hulk rompe todo, destruye, aplasta y se transforma con el correr de los minutos en la versión más decente realizada hasta el momento del personaje.
El resultado final es una equilibrada proporción de entretenimiento –para el público masivo- misturado con un guión respetuoso a la historia del personaje, un bálsamo para el fanático fundamentalista.
“The Incredible Hulk” propone entretenimiento sin límites y es a la vez una golosina para los amantes del cómic y la ciencia ficción. Una pena que las salas locales hayan optado por la versión doblada al castellano, procurando acaparar un público infante. Una prueba más, de que el género fantástico continúa siendo subestimado.

