martes, 9 de marzo de 2010

Leche agria

La película de Claudia Llosa, pone bajo el reflector las heridas más profundas que la guerra civil dejó en las poblaciones andinas del Perú. La directora procura hacer un trabajo antropológico (pero no lo hace, pues no existe tal cosa a la distancia) situándose en un pueblo joven -esos nacidos producto del exilio de las poblaciones campesinas- desde donde retrata costumbres y formas de vida, en lo que intenta ser una radiografía cultural. La cinta hace realidad las supersticiones, apoyándose en una historia de vida que pretende ser el paradigma del sufrimiento campesino en épocas de Sendero Luminoso.

La interpretación a cargo de Magaly Solier no admite titiriteros. La actriz, oriunda de Ayacucho -una de las zonas más castigadas por la coacción guerrillera y, aunque no se manifieste, paramilitar- pone al servicio del guión su aspecto cansino y castigado, su dominio del quechua y su bellísima voz. No lo hace así el resto del reparto, elegido justamente entre habitantes de los “pueblos nuevos” cuya nociones actorales son básicas como mucho. Los recursos técnicos son bien utilizados y la película como pieza audiovisual está muy bien lograda, con una fotografía repleta de los matices que ofrece el paisaje peruano y climas muy intensos que recuerdan al mejor estilo de nuestra Lucrecia Martel.

El mensaje corrosivo que vende “La Teta Asustada” fue muy criticado por los peruanos, especialmente por los andinos, quienes acusaron a la cinta de racista y de ofrecer al mundo una visión subdesarrollada y sesgada, de la cultura del país. No obstante, la campana que suena no pareciera portar esa intención, y aunque el estereotipo del poblador andino que se ofrece, peca justamente por ser un estereotipo, es innegable que la historia de un país deja marcas cuyas cicatrices, por molestas que sean, no dejan de ser ciertas. Al fin y al cabo, los pueblos originarios y los pobres latinoamericanos, son los principales perjudicados de las sistemáticas atrocidades vividas por este sector del mundo. Sus aparentes características que fueron castigadas por denigrantes, quizás puedan leerse como el resultado de siglos de segregacionismo, racismo y falta de oportunidades para los pueblos originarios.

6 comentarios:

Daniel Os dijo...

Curioso dato: hace más o menos dos semanas, cuando faltaban más o menos diez días para la entrega de los Oscars, una amiga peruana que recibió asilo político en los EE.UU. durante los tiempos de Sendero Luminoso, afirmaba que la película muestra con precisión al Perú que ella se vio obligada a abandonar.

Para acentuar la curiosidad, la misma mujer bromeaba ante la abundante promesa de premios para Avatar, que La Teta Asustada jamás habría sido tomada en cuenta si la Academia consideraba al Na-Vi como lengua extranjera... la noche del domingo Campanella repitió el mismo chiste frente a un Cameron que eligió no disimular su desagrado.

Una alegría que renueve su espacio, amigo Silvio.
D.

Marcela dijo...

Tengo ganas de ver esta película, tanto como las otras nominadas a mejor película extranjera. Creo que suelen ser las pelis que más me interesan de las que se nombran en los Oscars!
Todavía no vi Avatar. Y no me muero por verla. ¿Tendré que ir al médico? jaja
Besotes.

Anónimo dijo...

Me temo que un mejor título para definir tu comentario sobre esta película bien pudo ser “Mala Leche”.
Leo verdades a medias, pero sobretodo, una cierta indefinición sobre tu postura respecto al trabajo de la directora y sobre cómo ésta ha manejado el argumento.
Sabes bien que el hecho de ser peruano no interferirá en mi apreciación sobre esta película, y anteriormente hemos conversado sobre el verdadero trasfondo de la polémica entorno a su trabajo.
Debe entenderse que, como toda película, lo que se nos entrega es una ficción. Partiendo de esta premisa, no debería pedírsele cuentas a la directora sobre el tratamiento de la película ni exigir un sustento antropológico… a qué viene aquello de no existir tal cosa a la distancia? Por cierto, es sabido que son las universidades y centros de investigaciones foráneos los responsables de este tipo de estudios, y ellos finalmente quienes dictan lo que es y debe entenderse sobre estos asuntos.
Vamos!, no intenta ser una radiografía cultural ni pretende ser paradigma de nada… hablas como antropólogo-sociólogo-psicólogo en base a suposiciones y comentarios especiosos. Recuerda que no puedes hacer es “a distancia”, che.
Y ya que te gusta estos temas, podría decirte que no fueron los pobladores andinos los que criticaron la película. Como bien defines, esta gente no tiene voz ni voto. Mas bien fue la gente culturosa capitalina, que sin haber visto la película lanzaba dardos a la directora, más por un tema de “intelectualidad”. Claudia Llosa dirigió su ópera prima “Madeinusa” (también con Magaly Solier) donde trataba temas relacionados con la cosmovisión andina, que aún es considerado tabú para la sociedad esnobista limeña.
Ganar la Berlinale desató una polémica que refleja claramente uno de los males que aqueja a la idiosincrasia peruana (tal vez latinoamericana), la envidia en sus diversas variantes. Es increíble que “La Teta Asustada” no ganara el Festival de Lima siendo la mejor propuesta de lejos y sólo porque la Presidenta del Jurado, peruana para más señas, vetó la película ante el resto de miembros resumiendo perfectamente los adjetivos a los que te refieres. Un escándalo de proporciones si luego sales a la opinión pública lamentando que “La Teta” no ganara en casa y casi de inmediato el resto del jurado, encabezado por Javier Fesser (director español que arrasó en los Goya 2009 con “Camino”), en abierta defensa al buen nombre, comenta que es la peruana quien eliminó la película por considerarla “folclorista”.
No se trata de estereotipar, refleja perfectamente la mixtura cultural, el arraigo de toda esta gente que ha migrado de diferentes regiones del interior de Perú y aún conservan y transmiten generación tras generación sus tradiciones y acervo cultural. Es la clase trabajadora, los progresistas, la gente emergente que hace que realmente el Perú sea un país con futuro. Son ellos quienes pugnan por generar sus propias oportunidades, como bien se refleja en la película. Lima es una ciudad pluricultural, y en ese matiz está su riqueza.
La obra de Claudia Llosa ha conseguido aflorar todos esos sentimientos ocultos que hacia el final rescatas, y así como Fausta, esta gente se sobrepone y busca su destino, a pesar de estar en desventaja y tener que lidiar con la indiferencia y la marginación. Porque La Teta Asustada no habla sobre la violencia de las épocas de la guerra interna, habla sobre las consecuencias de cientos de años de opresión y de cómo buscar la liberación y autorrealización, de manera sensible, inteligente, poética, cargada de simbolismos y metáforas que la convierten en una propuesta universal que puede servir como espejo a diferentes culturas y remarca un final acojonado y reconfortante.
MADE IN PERÚ.

Anónimo dijo...

Silvio,
Te copio el link de una de las tantas notas existentes donde se analiza a "La Teta Asustada". Este estudio parace ser interesante:

http://www.cinencuentro.com/2010/03/07/visiones-de-la-teta-4/

Saludos camarada.

Silvio dijo...

Querido John:

No hay maldad láctea en mi apreciación, te lo aseguro, y si lo que necesitas son certezas, me limitaré a decir que para mí, "La Teta Asustada" es una soberbia película. Mi intención con la crítica es dar a conocer, a quienes simplemente vieron la cinta sin sumergirse en los torbellinos que generó en el Perú, justamente esas repercusiones. La discusión acerca de quién dijo qué y por qué lo dijo, es muy probable que vos lo sepas mejor, pues al fin y al cabo estás empapado de la cultura de tu país más que yo, pero sería necio no admitir que la película generó malestar entre muchos peruanos de ascendencia indígena, que se sintieron tocados por la visión de los pobladores nativos que da la película. Allá ellos, en su sensiblería con fundamentos ególatras que no soporta ver que Llosa los vende como una cultura cuyo derrotero lleva a zonas no admitidas por el snobimo cultural, aunque vos lo menciones como envidia, yo creo que los ataques a la película son producto de un ego herido. El estereotipo no deja de ser un pecadillo perdonable, pero desde mi humilde punto de vista, está presente en la película, disfrazada de reflejo. Y eso está bien, porque nadie niega que los estilos de vida de los pobladores andinos exiliados sean esos, pero me parece terco eludir el paradigma único que propone Llosa.

Por otra parte, me parece que el hecho de ampararse en "es simplemente una ficción" es un ejercicio de pensamiento, por los menos, simplón. Sabemos que este tipo de películas convidan a una lectura mucho más profunda, y más allá de que la historia no sea verídica, invita a un análisis sociológico de la cultura. Es como pensar que "María llena eres de gracia" es una meta ficción y por eso convertirnos en un espectador achanchado, presto a la lágrima fácil ante el duro guión interpretado por la actriz que luego se irá a su casa en un barrio privado. No lo creo.

Compañero, gracias por abrirte al debate, y espero poder seguir discutiendo no sólo de cine, sino de todas las ramas del arte con alguien de tu profunda inteligencia y sagaz poder de análisis.

Un gran abrazo, viejo.

Silvio

Mi Alter - Ego Super Espiritual dijo...

Lo unico que quiero decir es que se hace tan dificil hablar de algo a traves de una pelicula cuando tenemos un posicion definida (evitando el contraste del cara y sello del tema)

La directora tiene su visión del tema y la defiende... tal vez no sea completa( ¿Pero acaso esa es leit motiv de querrer hacer la pelicula? pienso que no)pero ello es lo que quiere esnseñarnos un una Imagen de sufrimiento y dolor (que para mi, para mi es bastante certera, undependiente de lo que piense) ahora sobre las actuaciones ha que trabajar más en ello.

que estes muy bien,

Au revoir & Adio