miércoles, 4 de octubre de 2017

Stephen King, esa irrefrenable tentación del cine

La estridente llegada de la remake de "IT" a la pantalla grande puso de nuevo la atención sobre la obra del escritor más prolífico de las últimas décadas. Desde su irrupción en el mundo literario en 1974 con la impecable "Carrie", sus obras han sido adaptadas al terreno audiovisual casi sin excepción, ya sea en cine o televisión y guiadas por nombres de mayor o menor envergadura, sus historias ya son parte innegable de la cultura popular.

"IT" consiguió que el publico másivo volviera a interesarse por la obra de King. La película del argentino Andrés Muschietti contó con una promoción enorme que generó expectativa no solo en los fanáticos, sino en la nostálgica evocación de la primera cinta de 1990, cuya interpretación del sombrío payaso Pennywise está enquistada en toda una generación. Y así la lupa volvió a posicionarse en King y en el ingente aporte que continúa haciendo, más de 40 años después de publicar su primer trabajo, a las industrias culturales.

Y es que la era global y el exponencial crecimiento en el consumo de material audiovisual, sumado a la aparición de plataformas de streaming como Netflix y a la posibilidad de que producciones de bajo presupuesto sean publicitadas de manera más o menos decente gracias a las bondades de las redes sociales y la viralización de información, permiten que la producción fordiana se intensifique. La mirada no demasiado avezada, permite descubrir que la industria tiene en el horno al menos 20 proyectos relacionados con cuentos, novelas y relatos de Stephen King. Un ejemplo paradigmático de que la cámara tiene devoción por la narrativa del escritor norteamericano. Por toda, la nueva, caldo de cultivo para realizadores ávidos de una historia original, y la vieja, que regresará en forma de remake o en el caso puntual de "Gerald's Game" en forma de un trabajo original que sobrevivió al aluvión de adaptaciones.

Una retrospectiva demostrará el indómito romance que une a los cineastas con King. En 1976 se estrenaría la primera adaptación de "Carrie", dirigida con pulso firme por un gran Brian De Palma, que empapa la historia con un centenar de recursos que permiten disfrutar de una película riquísima desde lo técnico al tiempo de una historia que no se desvirtúa merced a las pequeñas licencias que se toma el guionista en relación con la novela.

Los grandes directores que abordarían el trabajo del autor serían en primer término Stanley Kubrick con su versión demasiado libre de "The Shinning" (1980), David Cronemberg en su lisérgica y estupenda "The Dead Zone" (1983) y ese enorme realizador llamado John Carpenter, quien trabajó sobre la que fue quizás la primera novela a la que la crítica se atrevió a abordar desde el psicoanálisis: "Christine" (1983)

El trabajo de estos tres artistas abriría el juego para que, de tanto en tanto, las historias que nacían en el papel fueran adaptadas desde un lugar más riguroso en aspectos estéticos, técnicos y narrativos. Así las cosas, mientras las producciones de bajo presupuesto (muchas de ellas hoy consideradas de culto) se sucedían, historias como "Stand By Me" (1986) o "Pet Sematary" (1989) veían la luz, abonando el terreno de lo que vendría con la impeable "Misery" (1990) película de Rob Reiner que le valió un oscar a mejor actriz a Kathy Bates por su impecable interpretación de la psicótica fanática del malogrado escritor Paul Sheldon, encarnado por James Caan que encontró en el personaje de Stephen King a su mejor papel después del Sonny Corleone en "The Godfather".

"Misery" no sería solo aclamada por el público, sino también para ese temible aquelare integrado por los críticos cinematográficos. Pero además permitiría que la mirada se posara en los talentos de Stephen King como escritor dramático, alejado de los sustos y lo sobrenatural, estas virtudes volverían a sobresalir en 1994 con "The Shawshank Redemption", película basada en un cuento del libro "Las Cuatro Estaciones" que fue traducida por estas latitudes como "Sueño de Libertad". Frank Darabont sería el director de otra película basada en la obra de King donde monstruos y fantasmas son olvidados por completos. El resultado sería una película sólida, conmovedora y que rápidamente logró instalarse en un lugar de privilegio para crítica y espectadores. Un relato sobre la injusticia, la amistad y el maniqueísta espíritu humano que logró siete nominaciones a los premios Oscar. "Dolores Claiborne" (1995), "Apt Pupil" (1998) y "The Green Mile" (1999) consolidarían la capacidad de King como escritor dramático y la extrapolación al cine de esas historias darían cuenta una vez más de esta faceta.

Mientras tanto, una retahila de producciones repletas de secuelas de calidad censurable, continuaban exprimiendo las creaciones sobrenaturales de King, que por supuesto, seguían publicándose en papel. Producciones lanzadas directamente para televisión y realizadas con guiones basados en cuentos del escritor alimentaban el costado más siniestro del mercado, ese cuya voracidad no conoce de estética, calidad o buen gusto. "Children of the Corn" y "Sometimes They Come Back" con sus innumerables secuelas, engrosaban la lista de películas de terror de bajo presupuesto que subyace un cine más ambicioso sobre la obra de King, pero que también forman parte de su trabajo y son valoradas por los fanáticos.

El viaje de King durante el nuevo siglo encontraría las ambivalencias que cortaron longitudinalmente todo su romance con el cine. Producciones de dudosa calidad, secuelas recaudadoras y alguna gema perdida rodearon a las sólidas adaptaciones de "The Mist" y "1408" ambas de 2007 junto a varias series televisivas que no lograron hacer pie.

La llegada de la remake de "IT" sin embargo (y un escalón más abajo la adaptación de "The Dark Tower") pone nuevamente en evidencia el romance del cine y la televisión con un escritor que ahora se ha convertido además en un referente cultural y formador de opinión que supo aggiornarse a las bondades del mundo global a través de las redes sociales. Su figura, ha logrado merced al largo periplo convenientemente resumido en este texto, constituirse como un elemento de validación de la obra terminada. Porque el "IT" de Andrés Muschietti no es el "IT" filmado en los 90 pero es siempre el payaso diabólico de Stephen King y, a falta de un personaje icónico, la firma del autor dará sustento al discurso, en un proceso casi foucaltiano.

Así se aguarda la salida de nuevo material "basado en la obra de..." pero esta oportunidad se advierte cierto rigor que no siempre estuvo presente, es como si el trabajo de Stephen King finalmente fuese considerado como algo más que mero entretenimiento, y más como la amalgama perfecta entre la fantasía, la ciencia ficción, el terror, las pesadillas y los miedos más viscerales que navegan las profundidades del ser humano, maquillados con un conocimiento enciclopédico y antropólogico primero de la cultura norteamericana pero después de todo occidente, y de una innata capacidad para la construcción de personajes carismáticos que lograron con tiempo y no sin esfuerzo, romper el prejuicio intelectual de quienes, quizás por temor, no se atrevan a asomarse a los horrores más sórdidos para descubrir qué se oculta detrás de ellos.

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