lunes, 15 de diciembre de 2008

La Torre de Babel

“The Argentine” es la primera parte del largometraje que el director Steven Soderbergh filmó sobre la Revolución Cubana, etapa histórica que centró argumentativamente en la figura de Ernesto “Che” Guevara.

La cinta recorre el primer tramo de la lucha de la guerrilla compuesta por el Movimiento Revolucionario 26 de Julio, contra la dictadura de Fulgencio Batista, deteniéndose justo antes del ingreso del grupo insurgente en La Habana. La segunda parte -terminada y a estrenarse- se llamará justamente “Guerrilla” y relatará los acontecimientos vividos en la capital cubana los primeros días de 1959, y los posteriores años en la vida del líder revolucionario argentino, hasta su muerte en Bolivia.

Quienes hacen posible el largometraje conforman un verdadero crisol de razas. El director norteamericano, eligió al puertorriqueño Benicio del Toro para encarnar al médico y político argentino, que comparte cartel con el mexicano Demián Bichir como un joven y locuaz Fidel Castro. Además, hay un desfile interminable de diplomáticos, políticos y periodistas de todo el mundo, que le dan un tono particularmente global a la filmación, no por su mera diversidad de nacionalidades, sino por la exposición constante de ideas antagónicas, o no.

La Torre de Babel, aquel reconocido pasaje bíblico en el que los hombres intentan alcanzar el cielo provocando la ira de un Dios que modifica sus lenguajes haciendo que reine la confusión, bien podría enmarcarse en este vodevil cosmopolita. Y es que los acentos dispares, llaman al barullo y se tornan bastante fastidiosos. Fidel por momentos, suena mucho más argentino que un Che de un marcado acento centroamericano, que sazona su diálogo con expresiones del lunfardo vernáculo que suenan irremediablemente forzadas. No obstante, el voto de confianza en torno a la interpretación de Del Toro, tiene fundamentos en la vida nómade de un Guevara que no se caracterizó por quedarse mucho tiempo en el mismo lugar, y por una solvencia actoral ya demostrada en otros trabajos.

Sin embargo, y a pesar del revoltijo léxico, la deuda principal de la película pareciera la carencia de una mirada introspectiva en torno a la figura histórica del Che. Si bien se refleja con bastante éxito los pasajes de la revolución, dejando entrever de a ratos destellos de la idiosincrasia y el temperamento de Guevara, asomar a su verdadera naturaleza pareciera ser una cuenta pendiente para el guión. Los muy bien logrados segmentos en los que el argentino representa a Cuba en las Naciones Unidas, son quizás los picos más altos de la cinta, trazando éstos un panorama más que interesante de una época particularmente convulsa desde lo político, donde además se evidencian los numerosos movimientos antirrevolucionarios, enarbolados por países latinoamericanos guiados por el titiritero maestro ubicado en el extremo norte del continente.

Por otra parte, las loables intenciones del guionista de no enaltecer hasta la divinidad al Che, surten efecto. El espectador en ningún momento se solidariza con la causa cubana, más allá de su orientación política, y la película no busca alinearse con la revolución o instalar sobre lo hombros de Guevara una investidura mesiánica. Obviamente, algunos pasajes pretenden abiertamente destacar ciertas aptitudes del protagonista central, un cliché del que Hollywood rara vez logra desprenderse.

La película cuenta con una ambientación maravillosa y destacable. El vestuario destaca por su fidelidad y la caracterización de los revolucionarios es definitivamente destacable. Estéticamente es una producción más que correcta, aunque evidentemente no sea este el fin último de los realizadores.

Resta esperar la segunda parte, que complete la saga y de consistencia a una empresa arriesgada de un director que ya ha demostrado con anterioridad su pericia para llevar adelante grandes guiones, pero que por primera vez se topa con una historia real, con un bagaje político y social que continúa siendo tema de debate a pesar del paso de los años, y que refleja el comienzo de una dicotomía ideológica que rige el mundo moderno.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Debe ser masomenos lo que sentí cuando empecé a ver una peli ambientada en la edad de piedra doblada a un español que no me dejaba concentrar.... jajajja los actores: "chíngale pacá ese garrote manito!". ZAZ!

Anónimo dijo...

No vi la peli...es q esas pelis medio politicas...me dan como cosa...por eso me gusto diario de motosicleta por q frena antes....Pero bueno la voy a pispear....besillos!!
Liita

Marcela dijo...

Los líos de acentos creo poder soportarlos. Los clichés de hollywood ¡qué difícil! Sin embargo, quiero verla. Me alegra leer que no endiosaron la figura del Che.
Un beso.

Unknown dijo...

hola,Silvio,esta peli tenia muchas ganas de verla,porque me entere que Benicio del Toro,habia estado viviendo en la pCIA.DE Córdoba,unos dias para poder conocer más al Che,y habia conocido a varios amigos del Che y familiares que le habian contado como era él,para entrar más en el personaje.
eso me parecio muy interesante,en un actor.
asi ke en cuanto pueda la alkilo y la miro.
saludos desde el "infierno" Buenos Aires,(en todo sentido,eh?).-Ruty.-

Anónimo dijo...

A mi me encantó la peli del Che... la ambientación está fantástica y muy bien logrado la representación del momento histórico.
Con respecto a la superficialidad en el tratamiento de la personalidad de Che, vos sabes que los yanquis están acostumbrados a trabajar con héroes tipo Super o spiderman, y no tanto con personas que pueden tener maravillosos ideales libertarios y asimismo formar parte capital en la dirigencia en una insticuión tan militarizada como pudimos ver en la peli, que fue el moviemiento 26 de Julio ;).
Por otro lado, con respecto a tu estilo, me encató la forma en que definiste a USA como el "Titiritero maestro ubicado en el extremo norte el continente." Sos un genio.
Finalmente, con respecto a lo de los acentos, quiero sugerirte que leas el cuento "Reunión" de Julio Cortazar. Está en el libro "Todos los fuegos el fuego", talvez por ahí encuentres alguna justificación a esa variedad de entonaciones.
Me resisití un poco a ver esta peli, porque no quería encontrarme un Che edulcorado bajo la mirada holywoodiana (o holywoodense), pero lo que ví me gustó mucho. Concuerdo contigo respecto de las escenas en la ONU, son magistrales, y con respecto a la imagen de Fidel, rescato una frase de la peli: "Un poco de locura está bien".
Ya quiero ver la segunda parte!!

PD: Vos sabes que te quiero, no?

rvs dijo...

Bueno... nunca me pasó por la cabeza ir a ver ninguna película sobre el Che, alrededor del Che o por ahí. Robertovs

Anónimo dijo...

Hola,

gracias por pasar por mi post en el blog de clarin

te dejo otra url de participacion ciudadana linda

saludos

Anónimo dijo...

Antes tengo que aclarar que no vi la pelicula, pero uno de mis miedos era encontrarme con lo que vos aqui criticas, eso del acento es algo que muchas veces no es tan importante para comprender una pelicula, pero salvando las diferencias resultó raro ver a Evita hablando en Ingles cuando las manos de Hollywood se metieron en la historia de nuestro pais. Ahora si bien enarbola la figura de un lider y heroe revolucionario mas arraigado a Cuba que a nuestro pais, nunca perdio su identidad de Argentino que quizas en su apodo se centraba todo. Yo vi pocas peliculas referidas a Guevara pero en diarios de Motocicleta verlo al hermoso Gael como Ernesto no me resultó tan extraño aunque su acento nunca se definio entre neutro, porteño, rosarino o vaya a saber que, pero en su viaje se le notaba un cierto tinte del lugar visitado.
Tengo que decir que ademas de la historia contada en este film me da mas curiosidad ver a Benicio, un actor que me agrada bastante, como se desempeña, pero ahora la voy a ver desde otro punto.
La verdad que si bien no tengo para ir al cine voy a tratar de ir para verla porque vos y tus criticas me contagias cine, aparte hay veces que tenemos el mismo criterio para algunas cosas, tengo que tratar de buscar la objetividad para no enceguecerme con los Ojos de Del Toro.

En cuanto la vea, vengo y te desdigo o te confirmo.

Te quiero con ron y habanos

Daniel Os dijo...

Es fácil, infantilmente fácil, en tiempos en que la democracia se muestra claudicar frente al empresariado, tratar de encontrar las ventajas en un sistema menos común: el comunismo.

Dá para discutir eso de "menos común" porque existen 1600 millones de chinos oprimidos sin permiso de vivir los valores de la democracia, y fabrican plásticos pintados con pintura de plomo para el mal de toda la humanidad, pero ese es otro tema.

Regreso a la peli del Che.

¿El acento? Ernestito ya tampoco hablaba como rosarino… no le busquemos la quinta pata al gato. Benicio Del Toro es un actorazo de raza y recordemos a Alfredo Alcón cuando le puso a San Martín acento porteño tratándose de un correntino que se crió en España.

Me gusta cómo te desmarcás, Silvio, del compromiso de tener que cargar con la imagen de Guevara. Yo haría por lo menos lo mismo. Por lo más, arengaría a la gente a informarse sobre el Lado B del romanticismo socialista y acercarse a las salas de cine con pancartas que exijan la libertad de los doce millones de rehenes que hoy no sólo no pueden abandonar la isla sino que deben habitarla forzados al hambre extremo, con visibles inequidades sociales y sin garantías constitucionales ni procesales para el que ose oponerse a un sistema sin más reglas que la voluntad del que ejerce el poder y el culto a la persona.

Ya a estas alturas, algunos abandonaron mi lectura por extensa y otros porque me imaginan facho, proyanqui o algunas de esas sentencias que desameritan la opinión que desea ver la libertad del pueblo cubano. No vean sólo las acciones de los empresarios codiciosos de EE.UU., conozcan también la opinión del cubano de a pie (por ejemplo Yoani Sánchez, una de las pocas bloggers cubanas que toma el riesgo de escribir lo que desea y que luego le cierren los blogs).

Regreso a la peli del Che.

"Hay que entender una película como una obra de arte y no como un documento político", dijo una vez Mel Gibson tratando de mostrar más moderado a su liderado resurgimiento de las ganas de matar a todos los judíos provocado con su película desinformada sobre el Conciclio Vaticano que reconoce a los judíos como inocentes del asesinato de Jesús.

Siguiendo el criterio del fanático recién mencionado, veamos la película del Che tan mansamente como si viéramos una película donde muestran exclusivamente la faceta de Stalin como amante de los animales, de Galtieri como catador de destilados escoceses, de Bush como un amoroso padre de familia o de Thénoeste Bagosora como un filatelista meticuloso.

Yo no puedo ver a un asesino cuando no está asesinando y encariñarme con él porque escriba lindos poemas o pinte bonitos cuadros.

Le reconozco al Comandante Guevara su activa participación en liberar al pueblo cubano del yugo infame del dictador Fulgencio Batista, le agradezco que le haya abierto los ojos a las generaciones subsiguientes sobre los negociados mafiosos provenientes de los EE.UU. pero no me hagan ver en ese guerrillero escurridizo a un defensor de los pobres y desvalidos cuando son la pobreza, la mafia, la indignidad, la dictadura, la tortura y el asesinato los resultados de su revolución.

Gracias, Silvio, por permitirme expresar una opinión distinta a los que llaman titiriteros a los sucios comerciantes del norte, a los que creen que Hollywood y el pueblo estadounidense son una plaga de imbéciles que sólo saben poner encapuchados a volar, a los que olvidan que en se país se forjaron también importantes aportes culturales, tecnológicos y científicos para beneficio de toda la humanidad. Recordemos que ahí donde se han cometido atrocidades imperdonables, impera un estado de derecho con leyes locales que dan permiso para oponerse, volcarlas en el cine y erigir nuevos líderes que las combatan.

Regreso a la peli del Che.

Ya quiero ver la tercera parte, la que muestra un Che guerrillero convertido en la vergüenza del medio siglo de corrupción y atraso disfrazada de dignidad latinoamericana, un Fidel que se retira para convalecer en paz y no gobierna a través de su hermano títere, a un Chávez que se le acabó el petróleo para patotear al mundo libre y a una Cuba donde el pueblo elige a sus representantes, critica abiertamente y sin temor lo que reprueba y puede, si desea, escribir en un blog como éste.

Claro, que la tercera parte ya sería una película de ciencia ficción.

Vuelvo a excusarme por extenderme tanto y me despido con un saludo cordial.

Daniel Os

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