martes, 7 de junio de 2011

Políticos mutantes

No queda más remedio que admitirlo. Existen algunas tentaciones en las que, al momento de ser el timonel de una película basada en un comic, los directores suelen caer. El prurito aquel según el cual las historietas de superhéroes continúan siendo un producto para el público infantil/adolescente deriva en que la mala elección de un equipo de producción suela generar una pieza que no hace honor ni por asomo a la obra original. Quizás por eso Frank Miller exigió a Robert Rodriguez ser parte activa del rodaje de “Sin City” y tal vez por el motivo inverso, Zack Snyder destrozó Watchmen, aprovechando el paso al costado de un suspicaz Alan Moore.

Es por eso que me fue inevitable recordar a Snyder al terminar de ver “X-Men First Class”. Y es que Matthew Vaughn pareciera ser el némesis del director de moda del mainstream de Hollywood a la hora de dirigir una película de superhéroes, por lo que la pregunta que se impuso casi de inmediato fue: ¿Qué hubiera pasado si la misma tónica del nuevo largometraje mutante se hubiese aplicado en una cinta como “Watchmen”?... para los desprevenidos, recordemos que Snyder transformó esa maravillosa novela gráfica en un subproducto espantoso, desvirtuando el mensaje central de la historia original para dar forma a una película de acción, tan burda como insoportable.

La nueva película del universo mutante de la Marvel Comics -la quinta de ellas- es por lejos la mejor lograda, ubicándose a una distancia escandalosa de sus predecesoras. Y ahí es justo destacar en primer lugar el trabajo de Matthew Vaughn, que como director y guionista, confirmó todo lo bueno que había insinuado en “Kick-Ass”, operando exactamente a la inversa que Snyder. Es decir, priorizando la historia, la estética y los recursos audiovisuales en pos de la realización de una buena película, independientemente de que se trate de personajes surgidos de uno de los grupos más importantes de la historia del comic.

Vaughn evita ser embaucado por los lugares comunes del género fantástico y construye una cinta sólida, consistente, de soberbios personajes y hasta se anima a ubicarla en un período histórico real, exponiendo los entretelones de los problemas diplomáticos entre los líderes del mundo bipolar durante la guerra fría. Así, y con el conflicto de los misiles en Cuba como marco, coloca mutantes en ambos bandos, dotándolos de papeles fundamentales que exceden largamente el de ser un mero superhéroe colorido y pirotécnico. Estos mutantes, son más políticos que paladines de la justicia. Su batalla pareciera ser más de la pluma que de la espada.

Este guión salda una de las grandes deudas que tuvieron las tres primeras películas de los X-Men: el tratamiento del origen mismo del fenómeno mutante y sus efectos colaterales a nivel social, con la euforia anti-mutante como una metáfora fantástica de problemáticas tan reales como el segregacionismo de cualquier minoría. Pero contrariamente a sus predecesoras, aquí no somos testigos de turbas enfurecidas pidiendo el escarnio público de esta nueva raza. Las diferencias no están “allá afuera” sino que comienzan a delinearse en la mente misma de los personajes principales: Magneto, el megalómano con el mote autoimpuesto de “homo superior” para diferenciarse de una raza humana a la que delezna, y Charles Xavier del otro lado, un telépata experto en genética que cree profundamente en la convivencia pacífica y la integración de ambas razas.

Michael Fassbender y James McAvoy, son los encargados de interpretar a estos dos mutantes originales. Y es justicia afirmar que cumplen roles encomiables sin necesidad de hacer uso y abuso de las luces de colores. Junto a ellos, Kevin Bacon sorprende con su soberbia interpretación de Sebastian Shaw y más atrás el resto del reparto no desentona, siempre eludiendo la postura del superhéroe plástico, apolíneo, omnipotente y embutido en leotardos. En ese afán, cumple un rol fundamental la decisión de darle a la fotografía un tono oscuro, casi frío y antagónico a lo que marca el manual del (mal) género fantástico y permitir que los trajes ya no sean del brilloso látex de rigor, sino más bien la indumentaria de un alpinista, con cremalleras y mosquetones a la vista y un diseño simple pero logrado.

La inclusión del Hellfire Club es también un acierto. El argumento prescinde de un enemigo único y opta por este club social de mutantes de la alta sociedad para medir las fuerzas de los novatos aspirantes a héroes. Y por medir fuerzas, nuevamente debemos olvidarnos de la concepción básica del cine superheroico. Aquí, los X-Men no se limitan a disparar sus rayos de energía contra el rival a vencer. La propuesta es mucho más compleja, mostrando personajes que utilizan sus habilidades para inmiscuirse en temas de Estado buscando satisfacer sus propios intereses. El entramado político de las potencias durante la Guerra Fría, es entonces manipulado por estos villanos modernos, que en sus actitudes, se antojan demasiado reales para tener poderes como la teletransportación o la absorción de energía.

En resumidas cuentas, “X-Men First Class” es una luz de esperanza en las adaptaciones al cine de clásicos del noveno arte. En tiempos donde las exigencias del mercado permiten que se lleve a la pantalla grande a los personajes más irrisorios, esta película arroja luz sobre el aluvión de largometrajes que se vienen y marca un saludable camino que deberían seguir los directores/guionistas venideros. Esos que como Snyder, entienden todo sobre la ciencia ficción audiovisual, pero nada sobre un medio de expresión artística tan noble como la historieta.

10 comentarios:

Jorge Arbenz dijo...

Saludos cordiales, amigo, ¿ cómo anda aquella República?
Es un placer saludarte de nuevo. Tomo nota de la reseña de cinéfilo.

Daniel Os dijo...

Un párrafo más y me iba a comprar mi entrada… pero el cine de superhéroes y yo…

Un abrazo,
D.

drakhan dijo...

Amigo querido, otra vez dió en el clavo con su crítica. La verdad que concuerdo con vos en varios aspectos, la madurez con que se afrontan tópicos sociales y culturales de la época en que se ubica esta producción jolibudense. Pero, no todo es color de rosa, respecto a un punto específico en el largometraje, el tema de la parálisis de Xavier me pareció medio rebuscado, el final de un nuclear Shaw, y la mutación final de Beast. Pero obviando esos detalles, me pareció un excelente film, con acción, una buena dosis de drama, un pseudo romance y por sobre todo un cameo de nuestro amigo canadiense. Un detalle importante, alguien lo vió a Stan Lee? al menos yo no lo vi en toda la película.
Un abrazo grande compañero twittero

Unknown dijo...

Sil: Me encanta la peli por lo emocionante. Quiero mas de eso.
Antes de ver esta, vi Wolverine y algunos pasajes de la primera X-men. No puedo decir si esta es mejor o peor que las anteriores, ya que Wolverine me gusto mucho tb.
Sin embargo, si destaco lo maravilloso de un guion contextualizado con situaciones reales.
La única pregunta que tengo es, cuando en la escena de la playa, como sabía Mystique, cuando se disfraza de Shaw para salvar a Beast, que él tenía puesto al casco???
Ah? Ah? Ah?

Te linkeo en La Moviola.
Beso Beso.

Marcela dijo...

No te das una idea de lo que nos divertimos con Flor en el cine. Me gustó mucho. Se que probablemente me perdí detalles por no conocer bien el cómic, pero para alguien ajeno a ese mundo, la película es muy disfrutable. Y que buena idea la de mezclar la historia con hechos reales...
Un beso!

Silvio dijo...

Jorge: Gracias compañero, esta República sigue luchando contra las garras del neoliberalismo. Venceremos.

Daniel Os: Lo que te dije por msn, compadre, ojalá regreses tras ver la película con tus cachorros.

Drakhan: Aprecio mucho tu comentario. Así es, siempre encontraremos manchas en la película, aunque eso no signifique que el producto terminado sea muy bueno. Sobre Stan Lee, tengo entendido que no aparece en ninguna de las películas mutantes, contrariamente al resto de producciones Marvel.

Alicia: Bueno, cuando estaba viendo la película me pregunté lo mismo. Hagamos la vista gorda a ese detalle.

Marcela: Qué bueno que la hayas disfrutado. Otra virtud de la película es que quienes no sean fanáticos de la historieta, de cualquier forma podrán apreciarla.

Liita dijo...

Ami me quedo gusto a poco ya te lo dije...si muy linda la historia ...muy lindo el trasfondo (aunque si yo fuera mutante estaría de el lado de Erik), Pero un hada escupidora??? dejate de joder!!! Que se esfuercen mas cheee!!!Todos los que la vieron aca no les gusto yo te hago un poco de estadistica 70% por el pulgar abajo- 20% por el Blah- 10% me gusto.
Ami en estasss me gustan los blockbusters!!! la la la laaa

Lisandro dijo...

Amigo, concuerdo con tu análisis de la película. Sólo quisiera comentar un detalle: sabemos que existe la concepción en el mundo de que nuestro país (en particular el sur) fue un refugio para los criminales de guerra nazis luego de la segunda guerra mundial (nada se dice de los otros miles de inmigrantes del resto de Europa que huían de la guerra y que también acogimos). Ahora bien, ¿montañas en Villa Gesell?
Me gustó la parte de Magneto niño, pude entender algunas palabras sueltas y frases cortas en alemán, casi todo el francés (cuando Magneto extrae quirúrgicamente una muela) y al final el ruso me agarró con la guardia baja y me mató... :D
Un abrazo, muy buena la crítica.

Anónimo dijo...

"Aquí, los X-Men no se limitan a disparar sus rayos de energía contra el rival a vencer. La propuesta es mucho más compleja, mostrando personajes que utilizan sus habilidades para inmiscuirse en temas de Estado buscando satisfacer sus propios intereses".

"Vaughn evita ser embaucado por los lugares comunes del género fantástico y construye una cinta sólida, consistente, de soberbios personajes y hasta se anima a ubicarla en un período histórico real, exponiendo los entretelones de los problemas diplomáticos entre los líderes del mundo bipolar durante la guerra fría".

La verdad panzón que la peli es una de las mejores del género, quizas la única. Los primeros 40min. de la pelí, ya se puede apreciar que la realización y el guión vienen con algo más, ese algo precisamente es aquello que da el respeto de los que son concientes en el noveno arte y toda aquella síntesis que el mismo conlleva.

Me encontré de repente admirado, no por los poderes de los mutantes, sino por la conciencia dotada al personaje, y aquí me refiero al hecho de que están conformados y signifcados de una historia previa, la cual los lleva a actuar no por el dichoso bien y mal, sino por aquello que como dijsite les interesa. Y con el correr del film uno se da cuenta que la cosa histórica en la que están inmiscuidos los persopnasjes toma relevancia por el tenor socio político, con lo cual la película se torna aún más interesante, llevandolo a uno a pensar no en la grandilocuencia hollywoodense acostumbrados a verla, sino más bien en como el guionista articula personajes y hechos de una manera artística y sobria.

Lo demás ya lo mencionaste, basta que charlemos para apreciar el film, pero he aqui lo que me sorprendió. Recuerdo estar entrando y pensar en predisponerme a ver solo pirotécnia y mosquiterio de efectos. Cariños

Antonio Cañestro dijo...

Mira que la vi y no me gustó nada... No me convenció para nada esta versión de los X-Men, pero después de leer tu entrada y lo que comenta todo el mundo, la tengo que revisar.